Tanto si vives en la ciudad como si vives en el campo, es fácil encontrar «falsas castañas»: no son comestibles, pero sí son ideales para elaborar unos saquitos que van muy bien para darse masajes o para aplicar en una zona concreta y relajarla.
El Aesculus hippocastanum, el Castaño de Indias, se conoce comunmente, como falso castaño porque sus frutos se parecen mucho a las castañas comestibles que conocemos. Pero cuidado, ¡las castañas del castaño de Indias son tóxicas!!!
Estas castañas se pueden usar en aplicaciones externas y son muy apreciadas para facilitar una buena circulación, ya que son un tónico venoso o vasoprotector: consigue disminuir la viscosidad de la sangre, volviéndola más líquida, reduce el tiempo de sedimentación provocando una descongestión de los vasos sanguíneos y aumenta la resistencia capilar.
El saquito de castañas no se puede calentar.
También se pueden hacer otros saquitos medicinales rellenos de distintos materiales según la época del año y lo que tengas disponible en tu casa o entorno:
De huesos de cereza para colocar sobre el cuerpo y relajar la musculatura. Este saquito sí se se puede calentar (en el horno o microondas).
De linaza y hierbas. Como por ejemplo los cojines para los ojos, donde se puede mezclar linaza con lavanda. O de linaza con manzanilla y lavanda para el vientre, que alivia los dolores menstruales y arropa con su aroma cualquier zona que necesite calma y amor.
Para hacer el saquito es importante escoger bien la tela: que sea agradable y bella y que también sea práctica. Para el saquito de castañas conviene escoger una tela resistente, y para el saquito de los ojos, te sugerimos una tela de seda.
Esta actividad te invita a un triple «recoger»: recolección en la naturaleza, recogimiento durante la costura y reconexión con tu cuerpo en el momento del masaje.